"Lo que niegas te somete, lo que aceptas, te transforma". C.Jung

También dijo Jung: "Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad".

Cualquiera que se haya embarcado en la aventura del autoconocimiento, sabe que es todo lo contrario de luces y bondades. Es un camino lleno de espinas en el que la única condición es traer conciencia o darte cuenta de lo que ocurre dentro. Y no es cómodo ni fácil. Y duele muchas veces. Duele reconocer toda la mugre que esconde el ego: los miedos que creías superados y que siguen ahí escondidos de formas más sofisticadas, las mentiras que nos contamos para no atrevernos a hacer aquello que deseamos, duele reconocer tus dosis de rencor, envidia, ira y soberbia acumulada detrás de una sonrisa... porque se nos desmonta la máscara de bondad, perfección y plenitud con la que andábamos por la vida.

Ser espiritual, filosofar y conocerse no es vivir anestesiado negando la realidad y jugando al soñador optimista.

A veces, necesitamos exorcizar nuestros demonios y darle luz al espacio de sombra para que la verdadera calma y unidad nos habite.

Es cierto que atravesamos por tiempos difíciles, y por eso es más importante acercarnos a la claridad de nuestra sombra; pues sólo de claridad en claridad podremos actuar con mayor consciencia y ¿porqué no? Libertad.

Es un mecanismo de defensa evitar el dolor y buscar el placer... pero de nada sirve buscar el placer si nos mentimos: por lo mismo, será habitual que lo que no funciona tienda a ser negado o silenciado por personas que no están dispuestas a sentir el dolor que acompaña a la verdad. Pero eso es la conciencia: Darse cuenta. E igual que en un verdadero proceso de desarrollo espiritual, cada vez uno tiende a ser más humano, a sentirse más falible y vulnerable, a reconocerse más en los otros; en los procesos colectivos de toma de conciencia sucede exactamente igual.

Y como decía el personaje de Virginia Woolf en la película Las Horas: “No se puede encontrar paz, evitando la vida”.

Y una de varias formas de conectar con la vida, es a través del ejercicio de autoconocimiento que implica la psicoterapia.

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