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“Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas, es el mayor de los logros”.

Inicio con una frase de R.W Emerson, porque creo que calza como anillo al dedo, una sitiación que se ha vuelto un clásico de clásicos: “Llegar a decir que sí, cuando en realidad queríamos decir que no”.


¿Por qué caemos en esto? ¿Qué nos pasa?

Hoy intentaremos responder a la pregunta: ¿Porqué no sabemos decir no? Detrás de esta paradoja encontramos diferentes causas que tienen que ver con la asertividad.


Andrew Salter definió a la asertividad como un rasgo de personalidad y como ‘la expresión de los derechos y sentimientos personales’.


Cuando aprendemos a ser asertivos, la vida se vuelve más fácil. La asertividad es una habilidad determinante para sortear los conflictos, con los que inevitablemente nos encontramos frecuentemente. En este sentido, es necesario aprender a establecer límites, para tener el control de la propia vida, evitando ceder ante manipulaciones y chantajes emocionales.


Así, cuanta más asertividad se viva, mayor será la seguridad que uno mismo desarrolle. Pero, ¿cómo es una persona asertiva? Es alguien que sabe expresar sus necesidades de una forma clara, amable, directa, honesta y educada.


¿Y cuáles son los miedos que limitan un actuar asertivo?

He aquí unos ejemplos:


1. Miedo al qué dirán o pensarán.


Cuando nos importa excesivamente la opinión de los demás, tendemos a aceptar cosas que en realidad no deseamos, por querer pertenecer.


Esto se puede cambiar, trabajando sobre todo en nuestra autoestima y potenciando nuestra capacidad para ser quien realmente queremos ser.


2. Búsqueda de aceptación y reconocimiento.


Hasta cierto punto, el querer gustar a los demás es un acto natural; buscamos sentirnos aceptados y queridos, porque somos seres sociales. Es decir, que no solo buscamos el agrado de los demás cuando decimos que sí a algo que no queremos, sino que también buscamos su aceptación.


El psicólogo Abraham Maslow ya hablaba de esto cuando intentó definir las necesidades humanas a través de su pirámide de necesidades. Maslow habla de la necesidad de afiliación y reconocimiento. El sentimiento de afiliación lo conseguimos a través de la amistad y el afecto, entre otros, y el de reconocimiento, a través de la confianza, el autorreconocimiento, etc.


Si lo pensamos un poco, las personas que nos quieran realmente serán aquellas que nos acepten tal y como somos. Además que, de sobra sabemos que es literalmente imposible gustarle a todo el mundo. Con gustarnos a nosotros mismos es más que suficiente.


3. Miedo a no saber mantener el “no” o nuestra opinión.


Muchas veces, creemos erróneamente que el hecho de no saber justificar un “no” significa que debamos decir un “sí”. Y esto no es así; habrá veces que no sabremos exactamente por qué algo en concreto no nos apetece, y eso no significa que debamos aceptarlo.


Debemos escucharnos y, sencillamente, si no queremos algo en un determinado momento, optar por armarnos de valor y rechazar la propuesta.


4. Inseguridad y miedo a decepcionar.


Cuando no tenemos claro lo que queremos, o no nos aceptamos del todo, es más probable que dudemos de las cosas… Es decir, “Quien no sabe lo que quiere, no entiende lo que tiene”.

Cuando no estamos seguros de nosotros mismos, pueden aparecer los sentimientos de culpa tras un “no”. ¿Se habrá ofendido? ¿Se sentirá mal si le digo que no? ¿Y si ya no me aceptan? Y es cuando caemos en la espiral del temor y la desaprobación.


Conocer y aplicar las claves de la asertividad nos ayuda a expresar lo que deseamos. También a decir “no” y a negociar diferencias, sin agredir a nadie. Es una habilidad esencial para tener y preservar la buena comunicación con los demás y, por lo tanto, las buenas relaciones humanas.


Las cinco claves para lograrlo son las siguientes.



1. Flexibilidad.

Lo usual es que a lo largo de la vida aprendamos a comportarnos de manera pasiva o agresiva en la comunicación. En esto hay muchos matices, pero lo habitual es que predomine uno de los dos extremos. Con el tiempo nos damos cuenta de que tanto lo uno como lo otro nos trae problemas.


¿Cómo es el estilo de conducta pasivo?

Cuando se es incapaz de expresar abiertamente los sentimientos, deseos, opiniones o necesidades; y si se expresan, emplean la auto-justificación o disculpas. La aversión que tienen al conflicto, es la base de este tipo de conducta, caracterizado además por una baja autoestima y un grado de frustración alto al ver que no respetan sus propios derechos.


¿Qué es el estilo de conducta agresivo?

Se da cuando se es capaz de expresar las necesidades, pero se hace de manera impositiva, o de modo en que las personas que interactúan con ellos pueden sentirse no respetados en sus derechos básicos. Pueden llegar a la violencia verbal y la amenaza, aunque muchas veces pueden actuar de manera mucho más sutil, como la manipulación, humillación o la degradación progresiva.


Para no caer en laberintos, es precisamente cuando debe entrar en juego la flexibilidad, una de las más importantes claves de la asertividad. Ser flexibles significa darnos cuenta de que así como aprendimos a comunicarnos de manera deficiente, también podemos aprender a ser asertivos.


Se trata de saber encontrar un equilibrio entre dos extremos igual de malos:

La pasividad y la sumisión.

La agresividad y la imposición.


Para lograr ser asertivos, se debe aprender a determinar en qué momentos hay que negarse y en qué situaciones hay que decir que sí y aceptar el requerimiento de otros. De modo que uno sepa defender los propios derechos, sin lastimar, ofender o perjudicar a nadie.


Una de las claves de la asertividad es saber decir que no. Esto, al principio, puede resultar muy complicado. Pues puede que uno haya sido educado para complacer y agradar a los demás, llegando a sentir miedo o culpa por negarse a hacer algo en una situación determinada. El problema surge cuando entramos en conflicto entre lo que queremos hacer, y lo que creemos que “debemos” hacer.




2. Cuida tus pensamientos.


Cuando el esquema mental hacia nosotros mismos es negativo, nos resulta muy difícil comunicarnos adecuadamente. O esperaremos que nos impongan o esperaremos imponer. Una de las claves de la asertividad es la de construir una buena actitud frente a lo que somos y lo que hacemos. Esto nos permitirá responder a las demandas externas de una forma más inteligente.


3. No tapar el sol con un dedo.

Pensar en los problemas es necesario para resolver, de lo contrario es como andar a ciegas.

Saber dónde se producen los problemas, con quién y cómo se hacen mucho más manejables. El solo hecho de hacer este ejercicio ayuda. Y facilita que seamos más asertivos para resolverlos.


4. Claridad en los derechos propios y ajenos

El respeto significa ser capaz de reconocer la dignidad del otro, pero también la propia. Esto, se manifiesta como consideración frente a las necesidades propias y ajenas. También como deseo de aceptar a cada quien como es.



5. Superar las conductas defensivas.

Quien se siente seguro de sí mismo, no tiene problema en encontrar puntos de vista diferentes o formas de vivir que no se parecen a la propia.


Las conductas defensivas nacen de los prejuicios y del miedo. Corresponden a todas esas formas de actuar inspiradas por el temor a ser atacados, cuestionados o confrontados. Son un resultado de la inseguridad.


Una cosa es ayudar y servir a quien lo necesite, y otra es que se aprovechen de la buena voluntad que uno tiene. Para no caer en este error, es conveniente evaluar la situación, analizando si realmente esa persona necesita ser ayudada, es decir, observando si la tarea que a uno le piden la podría realizar la otra persona sin problema.


En definitiva, es importante saber e interiorizar que no se está obligado a nada, que decir no es un derecho personal que hay que poner en práctica con asertividad.


Y otra forma de trabajar de manera personalizada la asertividad, es a través de la psicoterapia.


Si quieres trabajar éste u otros temas de desarrollo personal o profesional, contáctame:

Jimena Sánchez Juárez

Maestría en Psicoterapia Gestalt.

O visita mi web oficial:

jimenasanchezjuarez.com


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E mail: consultoriojimena@gmail.com





 
 
 

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